domingo, 18 de febrero de 2018

Apuntes Modernismo 4º ESO A

EL MODERNISMO

INTRODUCCIÓN

En la última década del siglo XIX aparece un grupo de jóvenes escritores pertenecientes a la pequeña burguesía que muestran un gran deseo de renovación. Se trata de un grupo de escritores nacidos entre 1864 y 1875 que vivieron los acontecimientos históricos y los problemas de la España de final de siglo y fueron especialmente sensibles al “desastre del 98”(pérdida de las colonias de Cuba y Filipina)

El Modernismo nace en Hispanoamérica, hacia 1875, gracias a la obra de poetas como José Martí o Manuel Gutiérrez Nájera, pero será Rubén Darío quien conformará definitivamente las bases de este movimiento que afectará a todas las manifestaciones artísticas. Aunque la lírica es el género más cultivado, la narrativa y el teatro también están representados.

Los autores modernistas, descontentos con la realidad, se enfrentan a la estética dominante y realizan una profunda renovación literaria que afecta tanto a la forma como al contenido.

Reciben estos jóvenes las influencias de dos movimientos franceses de la segunda mitad del XIX: el Parnasianismo y, sobre todo, el Simbolismo (para algunos críticos el modernismo es el nombre que recibe el simbolismo en las letras hispánicas), pero también de la literatura norteamericana (Edgar A. Poe) y rusa (Chejov, por ejemplo).

El Parnasianismo busca la perfección formal, los versos pulidos, de ahí la preferencia por ciertos temas propicios al lucimiento esteticista: la mitología, la evocación del tiempo pasado o de ambientes exóticos, como los orientales. Su lema es “el arte por el arte”.

El Simbolismo (nacido en Francia como reacción al naturalismo, y representado por Verlaine, Rimbaud y Mallarmé, pero con antecedentes en Baudelaire; en España, un precursor es Bécquer) defiende que la realidad, tras sus apariencias, esconde significaciones profundas que el poeta tiene que descubrir y comunicar al lector. Para ello se sirven de los símbolos (imagen física que sugiere ideas, sentimientos, angustias, obsesiones...). Por ejemplo el ‘ocaso’ puede ser símbolo de la decadencia o de la muerte, el ‘camino’ será símbolo de la vida, etc. La poesía se convierte así en un instrumento del conocimiento que, a través de los símbolos, capta la realidad suprarracional, subjetiva, que sólo se puede expresar mediante la alusión y la sugerencia (de ahí la importancia también de la metáfora y de la musicalidad del verso).

En las LETRAS HISPÁNICAS el Modernismo tiene su cuna en Hispanoamérica. Hasta hace relativamente poco tiempo, se venía aceptando la fecha de 1888, año de publicación de ‘Azul’ de Rubén Darío, como inicio del modernismo hispanoamericano. Sin embargo, los críticos han advertido la presencia de la nueva estética en la prosa juvenil del cubano José Martí, que puede ser considerado precursor de la corriente modernista. En todo caso, ello no niega a Rubén Darío el papel de líder y figura más significativa del movimiento.

En España, Manuel Reina, Salvador Rueda y Ricardo Gil pueden ser considerados como precursores de esta nueva sensibilidad, cuya influencia es más evidente en la obra de los dramaturgos Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina. Manuel Machado y los inicios poéticos de Antonio Machado (Soledades) y Juan Ramón Jiménez (la primera etapa o ‘época sensitiva’: “Almas de violeta”, “Ninfeas”, “Arias tristes” y “Jardines lejanos”) son también representativos del Modernismo.Por último en este grupo podemos incluir a Ramón María del Valle-Inclán y sus “Sonatas”.

CARACTERÍSTICAS DEL MODERNISMO.

Rechazo de la vulgaridad y de la mediocridad que creen ver en la sociedad de su tiempo.

De ahí el gusto por lo exótico y lo exquisito, que se busca en el mundo antiguo, en el pasado medieval, en la Francia versallesca, en la mitología germánica, en las civilizaciones asiáticas, y en la creación de un mundo lleno de belleza (evasión y exotismo).

Este gusto por refugiarse en un pasado, casi siempre decadente, se advierte en el motivo muy frecuente en la época de la “ciudad muerta” (Brujas o Venecia en las literaturas europeas; las viejas ciudades castellanas, como Ávila, Segovia y Toledo, en la literatura castellana).

El deseo de huir de la mediocridad más próxima les lleva también al gusto por los viajes y por conocer gentes y lugares distintos (‘cosmopolitismo’); su ciudad preferida será París, con su vida bohemia y sus cabarets.


Esteticismo (“El arte por el arte” y la “estética como ética” eran sus lemas / ”glorificación de la belleza más allá del bien y de la verdad” dice el crítico Gonzalo Sobejano)

La insatisfacción del mundo circundante también le lleva a la exaltación del arte y, dentro del arte, de la poesía como el medio para penetrar en lo absoluto y lo infinito. La poesía como encarnación de la Belleza.

Aspectos de la ESTÉTICA MODERNISTA son:

  • Evocación del mundo sensorial

Abundante empleo de sinestesias (‘verso azul’, ‘sol sonoro’), adjetivación e imágenes deslumbrantes y referidas a todos los sentidos (vista, tacto, olfato, gusto) con las que se trata de captar un mundo sensorial lleno de goce y belleza. El adjetivo y la metáfora se convierten los recursos decisivos.
En esta poesía llena de colorido son característicos el azul, violeta, lila, púrpura, granate, oro, plata, rubí, zafiro, marfil, ébano, nieve.
Los ambientes que se recrean tienen un valor simbólico y evocador, tanto los interiores como exteriores: salones elegantes con espejos, divanes, pianos, arañas de luz, búcaros con flores...; lunas y aromas nocturnos, jardines lejanos y otoñales con fuentes, estanques, surtidores; animales elegantes o fabulosos (cisnes, pavos reales, leopardos, tigre, elefantes, dragones, unicornios...), personajes reales o mitológicos cargados de erotismo (princesas, caballeros, ninfas, sátiros, sirenas...)
  • Musicalidad y renovación métrica
  • Importancia del ritmo y de la armonía de las palabras para sugerir. Ello lleva a los modernistas a la recuperación de metros olvidados o poco utilizados (alejandrino, eneasílabo) y a la creación de otros nuevos (de hasta 20 sílabas), el uso del verso libre, las asonancias internas...También al gusto por la versificación a base de pies acentuales, especialmente los ternarios: dáctilos (“ínclitas razas ubérrimas”), anfíbracos (“ya se oyen los claros clarines”) y anapestos (“La princesa está triste; ¿qué tendrá la princesa?”).
La musicalidad se nota también en la abundancia de aliteraciones (bajo el ala aleve del leve abanico), juegos fónicos (trompas guerreras resuenan), utilización a de palabras esdrújulas (púrpura, crisálida, libélulas);
Riqueza verbal y capacidad de sugestión. A ello responde la aparición de un vocabulario exótico (heliotropo, clámides, acanto, plinto, nenúfares, adelfas, azur...), nombres mitológicos (Venus, Adonis, ninfas, sátiros), realidades misteriosas (castillos, odaliscas, marquesas, unicornio). En general, léxico extraño que llaman la atención. Por otro lado, se huye de la expresión grandilocuente que usaron muchos románticos y se busca, sugerir, insinuar, no declarar abiertamente los sentimientos; y una sintaxis más natural y cercana a la lengua hablada.

TEMAS MODERNISTAS
1.La recreación del pasado y la invención de mundos imaginarios (lo clásico, lo medieval, lo legendario, lo exótico, lo oriental...).
    2.El mundo sensorial captado a través de todos lo sentidos (vista, oído, olfato, tacto).
    3.La intimidad del poeta. Los modernistas, al igual que los románticos, potenciaron el dominio de la pasión sobre la razón, de la emoción sobre la reflexión; pero, al contrario que los románticos, más que “su propio” sentimiento, individual e intransferible, se busca el sentir transferible y comparable al de los otros. Antonio Machado decía: “Mi sentimiento no es exclusivamente mío, sino más bien ‘nuestro’ ”. En esta expresión del ‘mundo interior’ hay diferentes posturas que oscilan entre un vitalismo optimista, que lleva a un goce desenfrenado de la vida, y profundas manifestaciones de insatisfacción, descontento, desánimo hastío, melancolía y soledad (el tema del dolor, la angustia y la muerte es muy frecuente).
    4.El amor y el erotismo. El tratamiento de ambos aspectos apunta en dos direcciones: una, la idealización del amor y de la mujer, mundo inalcanzable que sume al poeta en la más profunda tristeza; otra, el erotismo desenfrenado, encarnado en la mujer fatal, lasciva y dominadora.
    5.La utilización del símbolo y del mito: los escritores modernistas utilizan símbolos para crear sensaciones y evocar lo inefable, lo que no puede expresarse por procedimientos racionales. El símbolo modernista por excelencia es el cisne, que puede tener distintos significados: representa la belleza, la pureza, la elegancia, la aspiración ideal, lo aristocrático. El Modernismo recurre a otros muchos mitos clásicos como fuente de inspiración (Venus, Adonis, Orfeo ... ).
    6.Lo indígena: se valoran las culturas precolombinas de los pueblos hispanoamericanos, se expresa un sentimiento de nostalgia por un pasado legendario y se utilizan mitos guerreros como el de Caupolicán, cuya fuerza representa la oposición a los valores norteamericanos. Al principio, la recurrencia a lo indígena se interpreta como una muestra de su escapismo; más tarde, se relaciona con el anhelo de recuperar sus orígenes hispanoamericanos.
    7.Lo oculto o religioso: se busca una explicación espiritual de la realidad, para lo cual se recogen elementos del Budismo, el Cristianismo, y la filosofía y religión griegas. Como Pitágoras, se cree en el ritmo y la armonía universales.
    8.La angustia romántica: se manifiesta en un sentimiento de soledad y hastío, y en el tono de tristeza melancólica que impregna algunos poemas modernistas.
    9,El cosmopolitismo: los modernistas desean una fraternidad universal y París, ciudad cosmopolita por excelencia, símbolo de lo exquisito y aristocrático, se convierte en el centro del mundo modernista.

EL MODERNISMO EN ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA

El Modernismo tuvo su origen en Hispanoamérica. Allí hubo un grupo de poetas que pueden considerarse premodernistas: el mejicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), los cubanos Julián del Casal (1863-1893) y José Martí (1853-1895), y el colombiano José Asunción Silva (1865-1896), entre otros. Sin embargo, fue Rubén Darío quien dio carácter específico al movimiento. En España, aunque ya Zorrilla, Rosalía de Castro y Bécquer habían anticipado algunos recursos (innovaciones métricas, intuiciones presimbolistas...), no existió un grupo de poetas premodernistas en sentido estricto.
En América, el Modernismo estaba totalmente definido ya a finales del siglo xix; en España daba sus primeros pasos cuando Rubén Darío llegó por primera vez a nuestro país en 1892. El Modernismo español comenzó a consolidarse entre 1892 y 1899, coincidiendo con sendos viajes de Rubén a España; en 1900 ya había triunfado de la mano de Juan Ramón Jiménez. A la difusión del Modernismo contribuyeron revistas literarias como Vida nueva (1898) o Helios (1902), en las que participaban Jacinto Benavente, Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez, entre otros jóvenes escritores del momento.
Tanto en América como en España el Modernismo se adaptó al carácter autóctono y al diferente devenir histórico. En el continente americano triunfó la tendencia esteticista; en nuestro país, junto a ella, apareció, a raíz de los acontecimientos históricos del 98, otra tendencia más honda y reflexiva, preocupada por aspectos sociales y existenciales

LA RENOVACIÓN DE LA LENGUA POÉTICA

El Modernismo inicia una renovación completa de la lengua poética que no es sino una muestra más de su anhelo estético. Con el fin de conseguir el goce de los sentidos y la sugerencia de lo suave y delicado, los poetas utilizan los siguientes recursos:
El colorido o cromatismo en una gama amplia que va de los colores suaves a los fuertes.
Los efectos sonoros de las palabras, que se consiguen gracias al uso de palabras esdrújulas, una profusa adjetivación y las más variadas figuras retóricas: aliteraciones («la libélula,vaga de una vaga ilusión»), sinestesias («para ver de sus ojos la dulzura de luz») u otras imágenes llenas de originalidad.
Un vocabulario insólito, acorde con los nuevos temas, que alude a realidades exóticas y exquisitas (acanto, crisantemo, heliotropo, salterio ... ), a nombres de héroes y dioses mitológicos (.Jasón, Pan, Afrodita ... ), a realidades arcaicas misteriosas o aristocráticas (pagodas, castillos, odaliscas, marquesas ... ), o al mundo fantástico de los cuentos infantiles («Un quiosco de malaquita /un gran manto de tisú... »).

La innovación métrica

El ritmo es un elemento fundamental del Modernismo, que continúa una renovación métrica (nuevos esquemas rítmicos, progresivo uso del encabalgamiento, acercamiento entre el verso y la prosa) que ya había sido iniciada por poetas románticos como Rosalía de Castro. No sólo se persigue una sonoridad nueva sino también la correspondencia entre sentimiento y musicalidad. Se busca captar y expresar el ritmo de las ideas. La renovación métrica afectará a los siguientes elementos:
.Los versos. Se utilizan versos antiguos, como el hexámetro grecolatino, y otros de procedencia francesa. Los preferidos por sus posibilidades musicales son: el alejandrino, de catorce sílabas, con una nueva acentuación; el eneasílabo, de nueve; el dodecasílabo, de doce; y los tradicionales endecasílabo y octosílabo, de once y ocho sílabas respectivamente. Los encabalgamientos y las rimas internas rompen la cadencia habitual del verso. Son frecuentes las series de endecasílabos blancos (sin rima).

.Las estrofas. Algunas de ellas ya se conocían y otras fueron importadas de fuera. En cualquier caso, la estrofa preferida sigue siendo el soneto, aunque con importantes variaciones de rima y longitud del verso. Se usan también la estrofa de pie quebrado y la silva asonantada.
La acentuación. Además del abundante uso de palabras esdrújulas, ya comentado, se traslada al castellano la métrica clásica, basada en la alternancia de sílabas largas y breves, que se sustituyen por silabas tónicas y átonas respectivamente: «ínclitas razas ubérrimas sangre de Hispania fecunda... »

La rima. Se alternan la rima consonante y la asonante.

EL REGENERACIONISMO

La crisis del sistema político de la Restauración y la sensación general de decadencia, agravada por la realidad del desastre del 98, hizo reaccionar a un reducido grupo de intelectuales y políticos que plantearon en sus escritos la necesidad de regenerar España identificando sus problemas y proponiendo remedios eficaces para superarlos.

Los regeneracionistas, con Joaquín Costa a la cabeza, señalan como una de las principales causas de la decadencia española la degradación del sistema socioeconómico y político de la Restauración. Su programa de regeneración propone: acabar con el caciquismo y con el retraso que supone el excesivo peso de la tradición, llevar a cabo la reforma del campo, conseguir «escuela y despensa» para todos, y tener en cuenta el modelo europeo (europeización) para hacer progresar al país.

MODERNISMO FRENTE A LA GENERACIÓN DEL 98:DIFERENCIAS Y ASPECTOS COMUNES

En el periodo que abarca los últimos años del siglo xix y los primeros del xx se dan a conocer en España una serie de autores importantes adscritos tradicionalmente a dos movimientos: el Modernismo y la Generación del 98.

La crítica ha mantenido al respecto dos posturas encontradas. Para algunos, como Valbuena Prat, Pedro Salinas o Guillermo Díaz Plaja, Modernismo y Generación del 98 son dos grupos claramente diferenciados; para otros, como Juan Ramón Jiménez o Ricardo Gullón, Modernismo y 98 son una misma cosa, y representan la forma hispánica de la crisis de fin de siglo.

En nuestra opinión, Modernismo y 98 tienen más elementos en común que diferencias. Los autores modernistas y los del Grupo del 98 pertenecen a una misma generación histórica y forman parte de un mismo fenómeno: el Modernismo, que, como movimiento cultural, trae consigo un nuevo clima estético, y en cuyo seno surge un grupo, el del 98, que, sin oponerse al anterior, presenta características propias.

Así, mientras los precursores del Modernismo son poetas, los del 98 son ideólogos; mientras a los modernistas los mueve la búsqueda de la belleza, a los del 98, la verdad; mientras que los modernistas se declaran cosmopolitas, estos se sienten profundamente españoles; por último, si la literatura modernista es una literatura de los sentidos y la del 98 de las ideas. Sin embargo, es evidente que a ambos movimientos une la urgencia de derribar los viejos valores y la conciencia de desastre.

RUBÉN DARÍO

Félix Rubén García Sarmiento nace en Nicaragua en 1867. A los 21 años publica

su primera obra “Azul”. Periodista y diplomático reside en España donde traba

amistad con miembros de la Generación del 98. Viajó mucho, lo que le da su

tono cosmopolita. Su condición de mestizo y su sensibilidad se reflejan en su

obra donde valora lo americano, lo español y lo sensorial.

Estilo: su gusto por los temas refinados y suntuosos le llevan a crear un lenguaje

poético en el que lo cromático y lo musical se transforman en los principales

valores. Renovó profundamente el léxico utilizando arcaísmos y neologismos y

tuvo preferencia por las palabras que tenían un marcado carácter estético

(olímpico, unicornio, bicorne, ánfora, náyade…). Utilizó una marcada

adjetivación y empleó mucho la aliteración (por sus valores sonoros, fónicos :

bajo el ala leve del leve abanico”)

Pero sobre todo hay que destacar su uso de la métrica, que empleó con una

absoluta libertad. Versos poco frecuentes (eneasílabos, dodecasílabos,

alejandrinos o tetradecasílabos, hexámetro latino…) son utilizados con

profusión.

Obras:

Azul ( obra compuesta por cuentos y poesías de tono parnasiano, Prosas Profanas (que supone lo

más típico de su estilo, con temas típicos modernistas como el cosmopolitismo, la mitología, el exotismo, los efectos rítmicos y las innovaciones métricas), Cantos de vida y

esperanza (que suponen su obra más intimista y en la que destaca su gusto por lo

hispano, donde presenta un tono más profundo y filosófico y donde trata temas como el paso del tiempo o la cercanía de la muerte)


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