viernes, 29 de noviembre de 2013

Oraciones coordinadas 4º ESO Prácticas





  • No se rindió ante la adversidad sino que superó maravillosamente todos los obstáculos
  • O bien no se oye la radio o bien se oye mucho
  • No le gustaba mucho aquel guiso pero se lo comió con gran apetito
  • LLámame por teléfono o envíame un telegrama
  • Ya las cotorras parloteaban en el ramaje ya los picaflores arrojaban chispas
  •  La reina se tapó los ojos con un pañolito de randas y el Rey arrojó una bolsa de oro al torero.
  •   Le dio un latigazo a animal pero el tordillo no saltó al precipicio.
  • Haz tu tarea u otros obtendrán tu puesto.
  •  El humo palideció y el grito ronco de los nigromantes sofocó su propia exclamación.
  •   La nena modelaba con preferencia sombreros de fantasía y el varoncito hacía indefectiblemente víboras.
  •   El pájaro había desaparecido pero su canto flotaba todavía en el aire.
  • El cielo estaba blanco y el sol quemaba como fuego.
  •  No había sol e imperceptiblemente una brisa se infiltraba por momentos en la calma asfixiante.
  •  Sayla fue un pueblo de cabreros y sus tierras secas sólo producían calabazas y arbustos de flores y hojas amargas.
  •   Lo habrá dispuesto el general o lo habrá decidido el doctor.
  •    Al borde de la arena está el bosque pero éste es sólo un anuncio de selva, un simulacro.
  •   La plaza era inmensa y crecía sobre ella una yerba muy verde y pequeña, la romesa.
  •    Una masa de pelo de color de miel le cae sobre el rostro y a cada instante la aparta con un movimiento brusco de la cabeza.
  •    El calor no era todavía excesivo pero ya padecíamos cierto sopor.
  •     Un rayo de sol atravesaba el sucio tragaluz, sin embargo, mi corazón estaba agitado.
  •      Ni las gentes se encuentran en los caminos con la misma frecuencia ni la muchedumbre de viajeros llena los trenes.
  •     Javier demostraba tranquilidad no obstante sus pupilas brillaban.
  •      Al fondo de la quebrada no llegaban todavía los rayos del sol pero allá arriba los picachos enhiestos se teñían de una claridad rosa.
  •       En mi juventud maltraté a un niño pero usted no es aquel niño ni yo, aquel insensato.
  •       O yo no sé nada del mundo ni de los hombres o la fortuna entró hoy por mis puertas.
  • .      Se amotinó la gente mas, con las primeras descargas, la tropa cercó la ciudad.
  •      En las horas del día, la luz del sol y el zumbido alegre de la metrópoli disimulan el verdadero semblante de aquel suburbio pero al anochecer el paraje desnuda sus perfiles bravíos.
  • .    Ora un relámpago surca el horizonte, ora se escucha el largo monólogo de un trueno.
  •      El aire fragante se pondrá canoro o habrá por el sol de abril un errar encantado de alas invisibles.

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