miércoles, 15 de febrero de 2012

Subordinadas sustantivas: práctica

1.    Hoy estamos que trinamos
2.    Lamentábamos que no confiáramos en vosotros
3.    ¿No te apena que esté siempre enfermo?
4.    Tengo el propósito de que nos acompañe
5.    ¿Estás receloso de que pueda engañarte?
6.    Le rogó que fuera con ellos
7.    Me preguntó quién era yo
8.    Te he preguntado cuántos hermanos tienes y dónde vives
9.    Nunca dependas de lo que te digan
10.    Quien te oiga lo sabrá todo
11.    Les dio el aviso de que desalojaran el local pronto
12.    Las que quieren pueden salir ya
13.    Tengo nuevos informes de quien tú sabes
14.    Acudió seguro de que el premio era suyo
15.    Me encanta salir  por esas calles tan estrechas
16.    Ignoramos dónde lo has escondido
17.    Me alegro de saberlo  a tiempo
18.    Me extrañé mucho de que se riera tanto
19.    ¿Te acordarás de venir mañana?
20.    Explícanos cómo lo hizo él

Oraciones subordinadas adjetivas: práctica

1.    No recuerdo muy bien la forma como lo hizo
2.    El año que viene estudiaré en la Universidad de Cádiz
3.    Los amigos en quienes confiaba eran muy pocos
4.    Hay algunos que no dependen aún de tus genialidades
5.    Di la noticia a sus padres, quienes se sorprendieron mucho
6.    Nos encontramos con Tere, la cual parecía muy contenta
7.    El susto que nos dio fue demasiado grande
8.    Ese que tú dices es otra persona distinta
9.    Cuidaba el policía de aquellos a quienes no se les dio nada
10.    Aquellos lugares en los que estábamos eran sagrados
11.    El sueldo del que depende tiene que ser muy bajo
12.    Dimos todo a los pobres que se presentaron frente a la parroquia
13.    Paquita, cuyo enojo era bastante visible, se marchó
14.    Iba a visitar a sus tíos, a quienes no veía hace mucho tiempo
15.Descansamos al pie de un árbol, cuyas ramas daban sombra
16.Fueron advertidas de eso por algunos niños que las vieron cansadas
17.Les iba a decir la verdad, lo cual no le hacía mucha gracia
18.Varias de esas, que no lo saben, al final meterán la pata
19.Llegaron solos a un lugar donde nadie había llegado nunca
20.A aquellos que aún no lo sabes díselo rápidamente
21.Dáselo a aquellos, que siempre están atentos a las explicaciones
22.Depende todo de muchas cosas que ahora no tendría que decir
23.Hay muchos que no saben aún la verdad de lo ocurrido
24.¿Son todos esos los niños a los que tú comentaste el tema?
25.Todo cuanto tengo lo doy a los pobres
26.Todo eso era verdad, lo cual no nos favoreció
27.El hombre del que me enorgullezco está ahí cerca de vosotros
28.Alrededor de la casa cuyo tejado está completamente roto hay un barrio conflictivo
29.Los hombres a quienes acusaron de falsedad eran culpables debido a esas difamaciones
30.En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no me acuerdo , vivía un hidalgo muy famoso

martes, 14 de febrero de 2012

APUNTES MODERNISMO


EL MODERNISMO

Contexto sociohistórico

Entre 1885 y 1914, se produjo una “crisis universal de las letras y del espíritu” que configuró la mentalidad del ser humano del nuevo siglo. Entre los rasgos más característicos podemos destacar:
  • Pérdida de la confianza en el progreso: a pesar de los progresos de la técnica seguía habiendo malas condiciones de vida, problemas sociales, etc.
  • Crítica del positivismo y desconfianza en la razón para entender el mundo (como había sido el romanticismo). Se trata de entender y afrontar la vida con la voluntad, el sentimiento y la intuición más que con la razón. A ello contribuyeron la obra de pensadores como  Schopenhauer y Kierkegaard (la existencia humana es dolor y angustia), Nietzsche (exaltación de los impulsos vitales sobre la razón), Bergson (reivindicación de la intuición para penetrar en lo real) y Freud (los verdaderos instintos -el amor y la muerte- se hallan reprimidos en el interior del ser humano)
  • Crisis religiosa: la sociedad se hace cada vez más laica.


Modernismo y G. del 98

Desde finales del XIX proliferan tanto en Europa como en América las corrientes renovadoras opuestas a la estética del Realismo vinculada al positivismo y a la razón.
En España e Hispanoamérica este movimiento renovador (que abarca el final del XIX y las dos primeras décadas del XX) recibe el nombre de MODERNISMO (en un primer momento el término ‘modernista’ tenía sentido peyorativo). Estos jóvenes escritores, que se oponen a la literatura decimonónica, se llaman a sí mismos la “gente nueva”  y mostraban su desprecio por los menos jóvenes y por la literatura realista.
 La mayoría de ellos tienen en común una actitud rebelde frente a los valores burgueses, asentados en el orden y la tradición; incluso adoptaban una conducta y un atuendo con la intención de provocar (“épater le bourgeois”).  Se rebelan contra la filosofía positivista  y materialista de la segunda mitad del XIX (frente a la razón reivindicaban el sentimiento, la intuición y la voluntad para entender el mundo.

Posteriormente  se reservó el término de MODERNISTAS para referirse exclusivamente a quienes rechazaban la mediocridad y se interesaban por el culto a la Belleza (“el arte por el arte” fue su consigna; o también “la estética como ética”, sin compromiso social) y la búsqueda de una nueva forma de expresión (que encontrarán, sobre todo, en la literatura francesa contemporánea).
Se utilizó el término de Generación del 98 para los que mostraban un mayor interés  por contenidos humanos y adoptaban una actitud crítica ante la situación política, social y económica de España (situación que pretenden cambiar).

                        Pero modernistas y noventayochistas coinciden en el tiempo, y muchos de los escritores de la época participan de ambas tendencias como Antonio Machado o Valle Inclán.

                         

                         

INTRODUCCIÓN AL MODERNISMO

En la última década del siglo XIX aparece un grupo de jóvenes escritores pertenecientes a la pequeña burguesía que muestran un gran deseo de renovación. Se trata de un grupo de escritores nacidos entre 1864 y 1875 que vivieron los acontecimientos históricos y los problemas de la España de final de siglo y fueron especialmente sensibles al “desastre del 98”
Reciben estos jóvenes las influencias de dos movimientos franceses de la segunda mitad del XIX: el parnasianismo y, sobre todo, el simbolismo (para algunos críticos el modernismo es el nombre que recibe el simbolismo en las letras hispánicas), pero también de la literatura norteamericana (Edgar A. Poe) y rusa (Chejov, por ejemplo).
El Parnasianismo busca la perfección formal, los versos pulidos, de ahí la preferencia pro ciertos temas propicios al lucimiento esteticista: la mitología, la evocación del tiempo pasado o de ambientes exóticos, como los orientales. Su lema es “el arte por el arte”.
El Simbolismo (nacido en Francia como reacción al naturalismo, y representado por Verlaine, Rimbaud y Mallarmé, pero con antecedentes en Baudelaire; en España, un precursor es Bécquer) defiende que la realidad, tras sus apariencias, esconde significaciones profundas que el poeta tiene que descubrir y comunicar al lector. Para ello se sirven de los símbolos (imagen física que sugiere ideas, sentimientos, angustias, obsesiones...). Por ejemplo el ‘ocaso’ puede ser símbolo de la decadencia o de la muerte, el ‘camino’ será símbolo de la vida, etc. La poesía se convierte así en un instrumento del conocimiento que, a través de los símbolos, capta la realidad suprarracional, subjetiva, que sólo se puede expresar mediante la alusión y la sugerencia (de ahí la importancia también de la metáfora y de la musicalidad del verso).
En las LETRAS HISPÁNICAS el Modernismo tiene su cuna en Hispanoamérica. Hasta hace relativamente poco tiempo, se venía aceptando la fecha de 1888, año de publicación de ‘Azul’ de Rubén Darío, como inicio del modernismo hispanoamericano. Sin embargo, los críticos han advertido la presencia de la nueva estética en la prosa juvenil del cubano José Martí, que puede ser considerado precursor de la corriente modernista. En todo caso, ello no niega a Rubén Darío el papel de líder y figura más significativa del movimiento.
En España, Manuel Reina, Salvador Rueda y Ricardo Gil pueden ser considerados como precursores de esta nueva sensibilidad, cuya influencia es más evidente en la obra de los dramaturgos  Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina. Manuel Machado y  los inicios poéticos de Antonio Machado (Soledades) y Juan Ramón Jiménez (la primera etapa o ‘época sensitiva’: “Almas de violeta”, “Ninfeas”, “Arias tristes” y “Jardines lejanos”) son también representativos del Modernismo.Por último en este grupo podemos incluir a Ramón María del Valle-Inclán y sus “Sonatas”

CARACTERÍSTICAS DEL MODERNISMO.

    Rechazo de la vulgaridad y de la mediocridad que creen ver en la sociedad de su tiempo.
De ahí el gusto por lo exótico y lo exquisito, que se busca en el mundo antiguo, en el pasado medieval, en la Francia versallesca, en la mitología germánica,  en las civilizaciones asiáticas, y en la creación de un mundo lleno de belleza (evasión y exotismo).
Este gusto por refugiarse en un pasado, casi siempre decadente, se advierte en el motivo muy frecuente en la época de la “ciudad muerta” (Brujas o Venecia en las literaturas europeas; las viejas ciudades castellanas, como Ávila, Segovia y Toledo, en la literatura castellana).
El deseo de huir de la mediocridad más próxima les lleva también al gusto por los viajes y por conocer gentes y lugares distintos (‘cosmopolitismo’);  su ciudad preferida será París, con su vida bohemia y sus cabarets.

      Esteticismo (“El arte por el arte” y la “estética como ética” eran sus lemas / ”glorificación de la belleza más allá del bien y de la verdad” dice el crítico Gonzalo Sobejano)
La insatisfacción del mundo circundante también le lleva a la exaltación del arte y,  dentro del arte, de la poesía como el medio para penetrar en  lo absoluto y lo infinito. La poesía como encarnación de la Belleza.
Aspectos de la ESTÉTICA MODERNISTA son:
    
·                         Evocación del MUNDO SENSORIAL
Abundante empleo de sinestesias (‘verso azul’, ‘sol sonoro’), adjetivación e imágenes deslumbrantes y referidas a todos los sentidos (vista, tacto, olfato, gusto) con las que se trata de captar un mundo sensorial  lleno de goce y belleza. El adjetivo y la metáfora se convierten los recursos decisivos.
En esta poesía llena de colorido son característicos el azul, violeta, lila, púrpura, granate, oro, plata, rubí, zafiro, marfil, ébano, nieve.
Los ambientes que se recrean tienen un valor simbólico y evocador, tanto los interiores como exteriores: salones elegantes con espejos, divanes, pianos, arañas de luz, búcaros con flores...;  lunas y aromas nocturnos, jardines lejanos y otoñales con fuentes, estanques, surtidores; animales elegantes o fabulosos (cisnes, pavos reales, leopardos, tigre, elefantes, dragones, unicornios...), personajes reales o mitológicos cargados de erotismo (princesas, caballeros, ninfas, sátiros, sirenas...)
·                           Musicalidad y renovación métrica
Importancia del ritmo y de la armonía de las palabras para sugerir. Ello lleva a los modernistas a la recuperación de metros olvidados o poco utilizados (alejandrino, eneasílabo) y a la creación de otros nuevos (de hasta 20 sílabas), el uso del verso libre, las asonancias internas...También al gusto por la versificación a base de pies acentuales, especialmente los ternarios: dáctilos (“ínclitas razas ubérrimas”), anfíbracos (“ya se oyen los claros clarines”) y anapestos (“La princesa está triste; ¿qué tendrá la princesa?”).
La musicalidad se nota también en la abundancia de aliteraciones (bajo el ala aleve del leve lo abanico), juegos fónicos (trompas guerreras resuenan), utilización a de palabras esdrújulas (púrpura, crisálida, libélulas);

·                      Riqueza verbal y capacidad de sugestión.
A ello responde la aparición de un vocabulario exótico (heliotropo, clámides, acanto, plinto, nenúfares, adelfas, azur...), nombres mitológicos (Venus, Adonis, ninfas, sátiros), realidades misteriosas (castillos, odaliscas, marquesas, unicornio). En general, léxico extraño que llaman la atención. Por otro lado, se huye de la expresión grandilocuente que usaron muchos románticos y se busca, sugerir, insinuar, no declarar abiertamente los sentimientos; y una sintaxis más natural y  cercana a la lengua hablada.

     TEMAS del modernismo:
·                La recreación del pasado y la invención de mundos imaginarios (lo clásico, lo medieval, lo legendario, lo exótico, lo oriental...).
·                El mundo sensorial captado a través de todos lo sentidos (vista, oído, olfato, tacto).
·                La intimidad del poeta. Los modernistas, al igual que los  románticos, potenciaron el dominio de la pasión sobre la razón, de la emoción sobre la reflexión; pero, al contrario que los románticos, más que “su propio” sentimiento, individual e intransferible, se busca el sentir transferible y comparable al de los otros.  Antonio Machado decía: “Mi sentimiento no es exclusivamente mío, sino más bien ‘nuestro’ ”. En esta expresión del ‘mundo interior’ hay diferentes posturas que oscilan entre un vitalismo optimista, que lleva a un goce desenfrenado de la vida, y profundas manifestaciones de insatisfacción, descontento, desánimo hastío, melancolía y soledad (el tema del dolor, la angustia y la muerte es muy frecuente).
·        El amor y el erotismo. El tratamiento de ambos aspectos apunta en dos direcciones: una, la idealización del amor y de la mujer, mundo inalcanzable que sume al poeta en la más profunda tristeza; otra, el erotismo desenfrenado, encarnado en la mujer fatal, lasciva y dominadora.


       El Modernismo en América y en España


       El Modernismo tuvo su origen en Hispanoamérica.  Allí hubo un grupo de poetas que pueden considerarse premodernistas: el mejicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), los cubanos Julián del Casal (1863-1893) y José Martí (1853-1895), y el colombiano José Asunción Silva (1865-1896), entre otros.  Sin embargo, fue Rubén Darío quien dio carácter específico al movimiento.  En España, aunque ya Zorrilla, Rosalía de Castro y Bécquer habían anticipado algunos recursos (innovaciones métricas, intuiciones presimbolistas...), no existió un grupo de poetas premodernistas en sentido es­tricto.

       En América, el Modernismo estaba totalmente definido ya a finales del siglo xix; en España daba sus primeros pasos cuando Rubén Darío llegó por primera vez a nuestro país en 1892.  El Modernismo español comenzó a consolidarse entre 1892 y 1899, coincidiendo con sendos viajes de Rubén a España; en 1900 ya había triunfado de la mano de Juan Ramón Jiménez.  A la difusión del Modernismo contribuyeron revistas literarias como Vida nueva (1898) o Helios (1902), en las que par­ticipaban Jacinto Benavente, Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez, entre otros jóvenes escritores del momento.

     Tanto en América como en España el Modernismo se adaptó al carácter autóctono y al diferente devenir histórico.  En el continente americano triunfó la tendencia esteticista; en nuestro país, junto a ella, apareció, a raíz de los acontecimientos históricos del 98, otra tendencia más honda y reflexiva, preocupada por aspectos sociales y existenciales

        

                 La renovación de la lengua poética


     El Modernismo inicia una renovación completa de la lengua poética que no es sino una mues­tra más de su anhelo estético.  Con el fin de conseguir el goce de los sentidos y la sugerencia de lo suave y delicado, los poetas utilizan los siguientes recursos:

El colorido o cromatismo en una gama amplia que va de los colores suaves a los fuertes.

Los efectos sonoros de las palabras, que se consiguen gracias al uso de palabras es­drújulas, una profusa adjetivación y las más variadas figuras retóricas: aliteraciones («la libélula,vaga de una vaga ilusión»), sinestesias («para ver de sus ojos la dulzura de luz») u otras imágenes llenas de originalidad.

Un vocabulario insólito, acorde con los nuevos temas, que alude a realidades exóticas y exquisitas (acanto, crisantemo, heliotropo, salterio ... ), a nombres de héroes y dioses mitológicos (.Jasón, Pan, Afrodita ... ), a realidades arcaicas misteriosas o aristocráticas (pagodas, castillos, odalis­cas, marquesas ... ), o al mundo fantástico de los cuentos infantiles («Un quiosco de malaquita /un gran manto de tisú... »).

        

       La innovación métrica


El ritmo es un elemento fundamental del Modernismo, que continúa una renovación métrica (nuevos esquemas rítmicos, progresivo uso del encabalgamiento, acercamiento entre el verso y la prosa) que ya había sido iniciada por poetas románticos como Rosalía de Castro. No sólo se persigue una sonoridad nueva sino también la correspondencia entre sentimiento y musicalidad.  Se busca captar y expresar el ritmo de las ideas.  La renovación métrica afectará a los siguientes elementos:

.Los versos.  Se utilizan versos antiguos, como el hexámetro grecolatino, y otros de proce­dencia francesa.  Los preferidos por sus posibilidades musicales son: el alejandrino, de catorce síla­bas, con una nueva acentuación; el eneasílabo, de nueve; el dodecasílabo, de doce; y los tradiciona­les endecasílabo y octosílabo, de once y ocho sílabas respectivamente.  Los encabalgamientos y las rimas internas rompen la cadencia habitual del verso.  Son frecuentes las series de endecasílabos blancos (sin rima).

        

.Las estrofas.  Algunas de ellas ya se conocían y otras fueron importadas de fuera.  En cual­quier caso, la estrofa preferida sigue siendo el soneto, aunque con importantes variaciones de rima y longitud del verso.  Se usan también la estrofa de pie quebrado y la silva asonantada.

La acentuación.  Además del abundante uso de palabras esdrújulas, ya comentado, se traslada al castellano la métrica clásica, basada en la alternancia de sílabas largas y breves, que se sus­tituyen por silabas tónicas y átonas respectivamente: «ínclitas razas ubérrimas sangre de Hispania fe­cunda... »

La rima.  Se alternan la rima consonante y la asonante.


AUTORES MODERNISTAS
Rubén Darío. En realidad se llamaba Félix Rubén García Sarmiento. Nació en Nicaragua en 1867. Es de mentalidad progresista. Viaja por Hispanoamérica, donde conoce las nuevas tendencias poéticas y la Literatura francesa. Llega a España en 1892. Vuelve a su patria en 1899, ya habiendo comenzado su revolución poética. A partir del año siguiente viaja por Europa como diplomático. Muere en 1916.
En su obra sintetiza los diversos «ismos» que existen en la Literatura. Se caracteriza en cuanto a temas y formas por: lo pagano, lo exótico, lo legendario, lo cosmopolita..., lo íntimo; y todos los esplendores posibles del estilo: color, sonoridad, ritmos...
Sus obras fundamentales fueron:
*Azul (1888). Es el libro iniciador el Modernismo parnasiano en la Literatura hispánica. Destaca por la renovación métrica, la sonoridad, el cuidado de lo formal... Se dan en él todos los rasgos propios del Modernismo.
*Prosas profanas (1896). También pertenece al Modernismo parnasiano. Destaca en los aspectos formales. Es muy conocido el poema "Sonatina".
*Cantos de Vida y Esperanza (1905), obra en la que ya abundan temas serios, hondos, a veces muy amargos. Destacan varios poemas: "Juventud, divino tesoro" y "Lo fatal". También trata temas españoles. Muy conocida es la "Oda a Roosevelt", en la que se critica el imperialismo de los Estados Unidos.

MANUEL MACHADO   Nació en Sevilla en 1874. Junto con su hermano Antonio escribió algunas obras teatrales de éxito y ambos compartieron la vida bohemia y literaria de París a finales del siglo XIX. Visitó Francia en multitud de ocasiones. Allí trabajó como traductor de francés. En España compaginó sus actividades como poeta, dramaturgo, crítico teatral y bibliotecario.
 Sus versos muestran un claro interés por lo español: el pasado heroico, los toros, el flamenco. Es una poesía dominada por la estética, con ciertos toques de decadentismo y derrotismo. Su mejor obra, sin duda, es Alma, obra que se incluye en la línea del Modernismo parnasiano, de versos brillantes y de expresión muy cuidada. Se le puede considerar un autor virtuoso, pero la falta de un fondo en sus obras hace que su valor sea limitado.
ObrasTeatro: La Lola se va a los puertos (1929) (verso), La duquesa de Benamejí (1932) (prosa-verso).
Poesía: Alma (1900), La fiesta nacional (1906), El mal poema
(1909) Cante hondo (1912)
FRANCISCO VILLAESPESA.- Poeta, periodista, dramaturgo y novelista; nació el año 1877 en Laujar de Andarax, provincia de Almería. Estudió en la universidad de Granada y a los 20 años trasladó su residencia a Madrid para dedicarse al periodismo. Allí colaboró en muchas revistas y diarios de España. Recorrió varias veces América como empresario teatral y recitador de sus poemas. Ferviente admirador del poeta nicaragüense Rubén Darío, fue su mejor discípulo y el más genuino continuador del estilo modernista iniciado por éste.
Villaespesa gozó en vida de una popularidad inmensa. Fue famoso por su enorme facilidad para la versificación, pero no depuraba ni seleccionaba sus escritos. Lo profano y lo bohemio, lo sensual, lo triste y lo preciosista   tuvieron en este poeta andaluz un intérprete genial. En el año 1936 murió en Madrid a la edad de 59 años.
En 1898 publicó su primer libro de poesía, «Intimidades». A partir del año de 1900 con «La Copa del Rey de Thule», se consagró como el precursor del Modernismo en España, sin abandonar nunca su tendencia romántica y bohemia. De su abundante obra poética merecen destacarse La musa enferma, El alto de los bohemios, El jardín de las quimeras,, y sus obras de teatro «El Alcázar de las Perlas» y «Abén Humeya».